Nantes y Puy du Fou: un viaje en el tiempo
Nantes es el destino perfecto para un fin de semana. Con una excelente comunicación con España con compañías como Volotea con precios muy optimizados tiene, además, unos horarios de vuelo que permiten ir y volver de viernes a domingo sin gastar días de vacaciones.
Pero no solo es una escapada perfecta para conocer esta ciudad. En nuestro caso, el motivo para coger el avión era hacer un viaje en el tiempo a través del parque temático Puy du Fou. Este parque gana todos los años varios premios por la calidad de sus espectáculos. Actualmente están creando una réplica española en Toledo que se ha abierto con un primer espectáculo este año 2019. Pero aún hay que esperar unos cuantos años para que esté completo al nivel del de Francia.
Este es el resumen de nuestra escapada a Nantes y a Puy du Fou en un fin de semana.
VIERNES
MADRID (18:00H) – NANTES (20:00H)
Aeropuerto pequeño de los que da gusto para salir, entrar, etc. Como alquilamos coche, fuimos directos a las oficinas de alquiler que están justo enfrente del aeropuerto y enseguida pusimos rumbo a la capital. Unos 25min más tarde estábamos en la puerta del hotel, el Ibis Nantes Centre Tour. Como al día siguiente salíamos temprano, queríamos aparcarlo en la calle ya que solo es zona de tarificación de 9h a 19h. Nos costó un par de vueltas, pero conseguimos aparcarlo justo en la puerta del hotel. De todas formas, los parkings no son excesivamente caros.
Nuestra gran preocupación era cenar. Eran ya cerca de las 22h y los horarios en Francia no son como los españoles. Pero fue pisar las calles de Bouffay y llevarnos una grata sorpresa. Rue des Carmes, Église Sainte-Croix, Rue de la Juiverie… Toda esa zona está llena de bares cuyas cocinas funcionan al menos hasta las 23:00 y con un gran ambiente de terrazas. Así que lo complicado fue elegir el sitio. Optamos por la pizzería Verona. Que sí, que estábamos en Francia pero tenían tan buena pinta que no pudimos resistirnos.
2 pizzas y 2 cervezas = 37€ (propina opcional).
Sábado
¡Llegó el gran día! Tocaba madrugar porque, además de que el parque abre a las 9:30h, queríamos hacer una parada de camino para visitar Clisson. Así que a las 07:30h estábamos montados en el coche y listos para empezar la excursión… previo paso por una boulangerie, nuestra gran perdición del país vecino, para hacernos con algunos pasteles.
NANTES – CLISSON (45 MIN).
Al ser tan temprano (08:15h), no tuvimos problemas para aparcar en este pequeño pueblecito: justo al lado del puente de piedra y debajo del castillo. Hicimos una pequeña ruta a pie de 45min donde vimos lo principal:
- Iglesia de Notre Dame
Se reconstruyó en el s. XIX en estilo italiano. Su característica torre y ábside corroboran la designación de esta zona como “la Toscana francesa”
- Las Halles
Este mercado data del s. XIV y conserva su entramado de vigas de madera tan característico. A día de hoy se sigue celebrando aquí el mercado.
- El castillo
Aunque un poco deteriorada, la gran fortaleza da una idea cómo de inexpugnable ha sido este castillo durante cientos de años. Su construcción comenzó en el s. XII. Consultad con anterioridad los horarios de visita porque son muy reducidos.
- El puente de la Vallée
Construido en el s. XV es, quizás, el monumento más característico de la villa. Con 6 arcos de diferentes dimensiones, une ambas orillas.
Para tomar la fotografía más característica de Clisson, con el puente, el castillo y la iglesia de Notre Dame, hay que llegar a la terraza del hotel Best Western Plus Villa Saint Antoine Hôtel & Spa. Se puede acceder sin problemas
CLISSON – PUY DU FOU (45 MIN)
Nuestra visita coincidió con una carrera nocturna que se hace anualmente en el parque, por lo que la afluencia de público era mayor de la habitual. Y aunque tuvimos alguna retención a la entrada de los parkings y en la propia entrada al parque, todo estaba bien gestionado para no tener que esperar a penas. En no más de 10 minutos estábamos dentro.
Apunte importante: aunque hay control de seguridad a la entrada, se puede acceder sin problemas tanto con comida como con bebida. Un punto muy a favor.
La visita a Puy du Fou es una experiencia totalmente recomendable. Pero requiere un post individual para explicarla. Muy pronto lo tendremos listo.
Después de un día entero disfrutando de todo el parque, cogimos de nuevo el camino a Nantes. Eran las 21:30h y llevábamos más de 12km andados. Así que tocaba cena rápida en la habitación del hotel y descansar.
DOMINGO
Nantes
Como cogíamos el avión a las 16:15h, teníamos solo la mañana del domingo para ver Nantes. Así que había que aprovecharla bien. Esta fue nuestra ruta, aunque se podrá ver con más detalle en un post de Un día en Nantes.
- Mercado de Talensac
No hay mejor manera de comenzar a conocer una ciudad que por alguno de sus mercados. Y Talensac, el más antiguo de Nantes, bullía en esta mañana de domingo: daba gusto pasear entre sus puestos de ostras, carnes, verduras y quesos. Y por supuesto, nuestras queridas boulangerie con deliciosos pasteles y panes. No pudimos resistirnos a comprar un par de creps recién hechas para ir comiendo. También había varios puestos de comida para llevar, una opción interesante si visitas el mercado hacia el mediodía. Está abierto de martes a domingo sólo por las mañanas.
- Torre de Bretaña
La torre más alta de la ciudad es este edificio de oficinas con la mejor panorámica 360º de la ciudad en su piso 32.
- Basílica de San Nicolás
Aunque la iglesia original se construyó entre los siglos XI y XII, la actual es de estilo neogótico. La razón es que, con el crecimiento de la ciudad, la original se quedó pequeña y entre 1844 y 1869 levantaron la que ahora podemos visitar.
- Plaza Royale
Junto a la Basílica de San Nicolás, esta acogedora plaza, diseñada en el siglo XVIII, está rodeada de típicos edificios burgueses. En su centro, una gran fuente-monumento tiene como protagonista una alegoría de la ciudad de Nantes con el tridente de Neptuno y rodeada de otras alegorías como el Río Loira y varios de sus afluentes.
- Plaza del Comercio
Junto a la Basílica de San Nicolás, esta acogedora plaza, diseñada en el siglo XVIII, está rodeada de típicos edificios burgueses. En su centro, una gran fuente-monumento tiene como protagonista una alegoría de la ciudad de Nantes con el tridente de Neptuno y rodeada de otras alegorías como el Río Loira y varios de sus afluentes.
- Plaza Graslin
Como la Plaza Royale, esta plaza también fue diseñada en el siglo XVIII. En ella destaca el Teatro Graslin y, como no podía ser de otra forma, enfrente de este clásico teatro encontramos un restaurante / café en estilo Art Nouveau igual de clásico y característico: La Cigale. Como aún no habíamos desayunado en condiciones, aprovechamos para hacer lo propio. (11€).
1 cappuccino, 1 machiatto y 2 trozos de brioche con mantequilla, mermeladas y dulce de leche = 11€
- Passage Pommeraye
Esta preciosa galería comercial fue construida en 1843 y ha sido escenario de varias películas. Tiene 3 niveles y tiendas de todo tipo: desde ropa hasta antigüedades. Lo más característico es su ornamentada escalera central, decorada con figuras alegóricas y altas columnas.
- Las Máquinas de la Isla
Es una de las atracciones más conocidas de Nantes. Aunque no pudimos entrar en la colección Les Machines de l’ile por falta de tiempo, vimos al famoso elefante de este proyecto retro-futurista que estaba dando uno de sus paseos. Inspirado en los libros y dibujos de Julio Verne y Leonardo Da Vinci, esta colección construye animales y máquinas de lo más originales en las naves de los antiguos astilleros de Nantes.
También visitamos los 2 carruseles y acercarnos a La Titan: una inmensa grúa que se utilizaba en la fabricación de barcos.
- Hangar à Bananes y Jardín de las Flores
Ambas cosas estaban en la planning pero por falta de tiempo lo dejamos.
Desde aquí teníamos que dirigirnos a la otra punta del centro de la ciudad. Para coger fuerzas, de camino, tomamos un aperitivo en una pizzería al taglio: XXXXX. Estaban buenísimas y costaban solo 2.5€ cada trozo (las pizzas las cortaban solo en 4 trozos, así que no estaban nada mal de tamaño).
- Torre de LU
Sí, LU, como las galletas. Bueno, sin el “como”. La torre de la antigua fábrica de galletas de mantequilla LU, inaugurada en 1885, es uno de esos sitios que ver en Nantes. Ahora se ha convertido en centro de arte, pero su torre sigue siendo un icono de la ciudad.
Como curiosidad, en el interior del edificio hay un “Desván del siglo”. En 1999 se lanzó una inciativa por la que los habitantes de Nantes llevaron objetos que consideraban representativos del s. XX. Se reunieron 12.000 objetos y se precintó la sala que los contenía. El “Desván” volverá a abrirse el 1 de enero de 2100.
- Castillo de los Duques de Bretaña
A orillas del Loira se encuentra el Castillo de Nantes. A pesasr de sus múltiples transformaciones, su muralla se conserva íntegra y en su interior se organizan los diferentes edificios entorno a un gran patio central. El acceso al mismo y a la parte alta de la muralla es gratuito.
- Catedral de San Pedro y San Pablo
Originalmente románica, se amplió y se superpuso el actual edificio gótico. Aunque para ello se lo tomaron con calma: tardó 457 años en terminarse (de 1434 hasta 1891).
En su interior destacan el sarcófago de Francisco II y Margarita de Foix con sendas estatuas yacentes. Están consideradas dos obras maestras escultóricas de la transición de la Edad Media hacia el Renacimiento y mezcla de estilo francés e italiano.
Cuando terminamos la visita a la Catedral, nuestro último punto del planning eran las 13:30h. No queríamos retrasarnos en llegar al aeropuerto, por lo que decidimos comer lo más cerca posible. La Creperie Sant Pietro, en la misma plaza de la Catedral, fue un gran acierto. La dueña, muy amable, se esforzó en explicarnos (ingrediente por ingrediente) toda la carta en español.
2 galette, una cerveza y agua = 18,8€
Y con esta deliciosa comida pusimos punto y final a nuestra escapada francesa. Por si os pudiera servir, os dejamos nuestra opinión sobre el alojamiento, el coche y la comida.